'Let It Fall: Los Ángeles 1982-1992' de ABC News es un documental de 2017 que profundiza en la década previa a los disturbios de Los Ángeles de 1992, examinando los eventos y tensiones que culminaron en los disturbios. Un tema central es el papel de los cuatro agentes de policía involucrados en el arresto de Rodney King, incluida Stacey Koon. Era sargento del Departamento de Policía de Los Ángeles en ese momento y fue uno de los oficiales acusados en el controvertido caso que se convirtió en un punto álgido de discusiones sobre la brutalidad policial y el racismo sistémico.
Stacey Koon nació el 23 de noviembre de 1950 en Lynwood, California, durante un período de importantes cambios políticos y sociales en los Estados Unidos. En la década de 1960 y principios de la de 1970, el movimiento de derechos civiles cuestionó las desigualdades raciales sistémicas, mientras que la guerra de Vietnam alimentó un sentimiento antibélico generalizado y divisiones sociales. En medio de este telón de fondo, Koon se unió a la Fuerza Aérea de EE. UU. en 1971, una época en la que el servicio militar era a la vez un tema polémico y una fuente de disciplina personal para muchos. Sirvió durante tres años, adquiriendo una valiosa experiencia antes de dejar la Fuerza Aérea en 1974. En ese momento, Koon ya había obtenido una licenciatura en Justicia Penal de la Universidad Estatal de California en Los Ángeles.
Siguió una carrera en el ámbito policial alineada con sus aspiraciones de larga data y poco después se unió al Departamento de Policía de Los Ángeles en 1976 como oficial. Stacey Koon siempre estuvo impulsada por el deseo de construir un perfil profesional y académico sólido. Continuó buscando la excelencia académica y obtuvo una maestría en Justicia Penal de la Universidad Estatal de California en Los Ángeles. Demostrando su compromiso con el servicio público, amplió su educación con una maestría en Administración Pública de la Universidad del Sur de California. La dedicación de Koon a su carrera fue evidente en su constante ascenso en las filas de las fuerzas del orden. En 1978, fue ascendido al rango de oficial de policía de nivel 3 y en 1982 se convirtió en sargento.
Koon fue uno de los agentes de policía que participaron en el infame arresto de Rodney King el 3 de marzo de 1991. Él era el oficial supervisor en la escena después de que King dirigió a la policía en una persecución a alta velocidad por Los Ángeles, y finalmente se detuvo en Lake View Terrace. Koon tomó el mando de la situación y, según se informa, ordenó a los agentes que utilizaran tácticas de fuerza. Esto incluyó golpes con porras, patadas y una pistola Taser para someter a King, quien, según informes, estaba ebrio y se resistía a obedecer. Aunque Koon no golpeó físicamente a King, se dice que autorizó y supervisó las acciones de sus subordinados. Esto fue capturado en el video de un transeúnte, que supuestamente mostraba a King siendo brutalmente golpeado mientras estaba en el suelo.
Las imágenes se convirtieron en un punto álgido para los debates sobre la brutalidad policial y el racismo sistémico. El papel de Koon como oficial de alto rango lo colocó en el centro del escrutinio público y de los procedimientos legales posteriores. En 1992, Koon, junto con otros tres agentes (Laurence Powell, Timothy Wind y Theodore Briseno) fueron acusados de agresión y uso excesivo de fuerza en un tribunal estatal. En una medida polémica, el juicio se trasladó de Los Ángeles a Simi Valley, una comunidad suburbana predominantemente blanca. El 29 de abril de 1992, el jurado absolvió a Koon y a los demás agentes de todos los cargos, excepto a uno, por un cargo menor, citando que el uso de la fuerza estaba dentro de las directrices policiales. Los veredictos provocaron indignación en todo el país, particularmente entre las comunidades afroamericanas, que lo vieron como un flagrante error judicial. La decisión actuó como catalizador de los disturbios de Los Ángeles de 1992, una agitación de seis días marcada por saqueos, incendios provocados y violencia generalizados.
En 1992, Koon publicó un libro titulado 'Presunto culpable: la tragedia del asunto Rodney King', donde justificó sus acciones durante el incidente y atribuyó la responsabilidad de los disturbios a la sensalización de los medios y la política comunitaria. En octubre del mismo año, habló de estos puntos de vista como invitado en 'A Closer Look with Faith Daniels'. Sin embargo, su defensa no permaneció mucho tiempo en la atención del público. En 1993, Stacey Koon y otros tres agentes fueron juzgados nuevamente en un tribunal federal por violaciones de derechos civiles, y Koon fue declarado culpable de “privación de derechos bajo apariencia de ley” y sentenciado a 30 meses de prisión. Aunque el Noveno Circuito inicialmente anuló la sentencia en 1994, la Corte Suprema de Estados Unidos la confirmó posteriormente en 1996, dictaminando que la sentencia más corta estaba dentro de la discreción del tribunal de distrito.
En noviembre de 1995, mientras residía en un centro de rehabilitación, Stacey Koon fue, según informes, el objetivo de un intento de ataque por parte de un hombre armado que se cree que había intentado quitarle la vida. Tras su liberación, Koon se retiró a Castaic, una ciudad al norte de Los Ángeles, donde vivió una vida relativamente tranquila. Un informe de la revista Time de 2007 indicó que sus ingresos dependían principalmente de las regalías de su libro anterior. En 2012, surgieron informes adicionales que sugerían que Koon estaba trabajando como chofer para el servicio de limusinas Music Express, con sede en Los Ángeles. A lo largo de los años, numerosos medios de comunicación han intentado ponerse en contacto con Koon, pero su respuesta, entregada a través de su abogado, ha sido constante.
Ha expresado su decepción porque los acontecimientos que rodearon su caso sólo han alimentado el sensacionalismo de las cuestiones raciales en lugar de fomentar un cambio significativo. su abogado comentó que Koon se ha cansado de lo que percibe como la “mentalidad cerrada de tanta gente” y ha decidido seguir adelante con su vida. Koon resurgió en las noticias en 2018 cuando fue arrestado en Santa Clarita, California, por conducir bajo los efectos del alcohol. No refutó los cargos y fue sentenciado a tres años de libertad condicional, junto con el requisito de instalar un dispositivo de bloqueo de alcohol en su vehículo. Desde ese incidente, ha mantenido en gran medida un perfil bajo y ha evitado apariciones públicas.