Kimberly Dunkin: ¿Dónde está el asesino ahora?

En junio de 2007, Kimberly Dunkin recibió una llamada de su suegra mientras estaba en el trabajo, instándola a volver a casa inmediatamente. Al llegar, se enteró de que su marido y su cuñado habían llevado a su hijo de 15 años a enfrentarse a unos chicos responsables de enviarles llamadas y mensajes engañosos. Kimberly corrió al lugar, pero durante el altercado que siguió, uno de los niños murió y otro sufrió heridas que le cambiaron la vida. Kimberly y sus familiares presentes en el incidente fueron acusados ​​de asesinato. En el episodio de Netflix de 'Soy un asesino' titulado 'Un propósito común', ella comparte su perspectiva sobre por qué cree que merecía una sentencia más leve y analiza sus afirmaciones de haber sido tratada injustamente por el sistema de justicia.

Kimberly Dunkin alegó que sufrió abusos cuando era adolescente

Kimberly Elaine nació el 15 de noviembre de 1971 en la zona rural de Missouri. Describió su infancia como desafiante e inestable. Sin conocer a su padre, creció con su madre, quien tuvo múltiples parejas y estuvo casada cinco veces. Ella compartió que este cambio constante interrumpió su sensación de estabilidad y seguridad en el hogar. Kimberly también alegó que en 1987, uno de sus padrastros abusó física y sexualmente de ella, y que el abuso persistió durante algún tiempo. Expresó que se sintió atrapada durante ese período, pero finalmente logró escapar de la situación.

En 1991, a la edad de 20 años, Kimberly encontró el amor y se casó. Un año después, le dio la bienvenida a su hijo y comenzó a reconstruir su vida. Trabajaba como camarera y, por primera vez, tenía esperanzas en su futuro. Sin embargo, a medida que su matrimonio se tensaba, Kimberly recurrió al alcohol, una dependencia con la que había luchado cuando era adolescente, que resurgió en su vida. Tras su divorcio, admitió tener pocos recuerdos de ese período. En 1997 conoció a Terry Dunkin y rápidamente se enamoró de él. Apenas 16 días después de conocerse, decidieron casarse.

En 1997, Kimberly se mudó a una casa donde Terry vivía con su madre. Llevó a su hijo y al principio todo parecía ir bien. Ella describió el comienzo de su vida juntos como alineado con sus expectativas, pero con el tiempo, comenzó a ver otro lado de Terry. Ella afirmó que él comenzó a abusar de ella verbalmente. Si bien él nunca fue físicamente agresivo, sus palabras impactaron profundamente su confianza. Kimberly sintió que no tenía más remedio que permanecer en el matrimonio. La situación se volvió aún más desafiante cuando el hermano de Terry, Jerry Broyles, se mudó a la misma casa. Jerry luchaba contra la dependencia de las drogas, lo que contribuía a crear una atmósfera tensa y poco saludable en el hogar.

Kimberly Dunkin afirmó que había estado en la escena del crimen para proteger a su hijo

El 10 de junio de 2007, Kimberly Dunkin estaba trabajando en la recepción de una bolera en Lebanon, Missouri, a pocos pasos de su casa. Mientras estaba en el trabajo, recibió una llamada de su suegra, quien le informó que habían estado recibiendo llamadas y mensajes de texto falsos. Kimberly explicó que su familia había estado lidiando con este tipo de llamadas durante algún tiempo. Preocupada, salió del trabajo y se dirigió a su casa para averiguar qué estaba pasando. Al llegar, descubrió que su hijo, junto con Terry y Jerry, ya no estaban en la casa. Su suegra explicó que los tres habían acordado enfrentarse a las personas que llamaban en un parque cercano.

Kimberly explicó que estaba aterrorizada por su hijo de 15 años y corrió al lugar. Al llegar, vio a Terry y Jerry enzarzados en una confrontación violenta con dos individuos, usando bates de béisbol y una llanta de hierro. Kimberly afirmó que intentó intervenir y detener la pelea. Sin embargo, cuando se hizo evidente que podrían llamar a la policía, ella, su esposo, su hijo y su cuñado huyeron del lugar. Los dos individuos involucrados fueron posteriormente identificados como Matthew Bankston y Zachary Jones, de 17 años. Este último falleció unas horas después, mientras que el primero sufrió heridas que le cambiaron la vida.

Mateo y Zacarías

La policía detuvo rápidamente a Kimberly, Terry, Jerry y al hijo de Kimberly, y arrestó a los cuatro bajo cargos de asesinato. Como su hijo era menor de edad, posteriormente se redujeron los cargos. En febrero de 2009 comenzó el juicio de Kimberly, durante el cual se declaró inocente del cargo de asesinato. Sostuvo que no había agredido a nadie y que había estado en el lugar únicamente por preocupación por su hijo. Argumentó que se la estaba responsabilizando injustamente por las acciones de otros y no expresó remordimiento. Sin embargo, la fiscalía presentó una grabación de su entrevista inicial, en la que ella admitió haber agarrado a Matthew por el cuello y haber pensado que podría matarlo.

Kimberly Dunkin cumple hoy dos cadenas perpetuas

La fiscalía reveló que los dos jóvenes, Matthew y Zachary, habían enviado mensajes por error a la novia de Jerry. Cuando Jerry los confrontó por teléfono, ignoraron sus amenazas y no lo tomaron en serio. La familia, sin embargo, asumió que los niños eran responsables de las llamadas de broma que habían estado recibiendo durante semanas, lo que llevó a que el enfrentamiento se intensificara. Atrajeron a los niños al parque, donde se desarrollaron los trágicos acontecimientos. Con base en las pruebas presentadas durante el juicio, Kimberly fue declarada culpable de asesinato en segundo grado, acción criminal armada y agresión en primer grado. Fue sentenciada a dos cadenas perpetuas y dos sentencias adicionales de 50 años, todas ellas simultáneas.

Antes de que comenzara el juicio de Kimberly, su marido, Terry, se quitó la vida y su cuñado, Jerry, aceptó un acuerdo de culpabilidad. Matthew, que sobrevivió al ataque, sufrió convulsiones como resultado de sus heridas y falleció trágicamente en 2013. Ella ha sostenido que no tuvo ninguna participación en la muerte posterior de Matthew y argumenta que su sentencia es irrazonablemente dura. A pesar de sus afirmaciones, todas sus apelaciones han sido denegadas. La fiscalía ha afirmado sistemáticamente que Kimberly, como adulta, desempeñó un papel activo en la emboscada a dos adolescentes sin justificación y no intervino ni ofreció ayuda. Ahora tiene 53 años y está encarcelada en la Institución Correccional de Chillicothe. Con sus apelaciones denegadas y su sentencia confirmada, las posibilidades de que sea puesta en libertad siguen siendo escasas.

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